Lectura del Quijote en La Acequia. capítulo LXVIII 2ª parte
“De la cerdosa aventura que le aconteció a don Quijote”
I
Salió la señora Luna
A pasear por el cielo
Alcanzando las Antípodas
Desertando oscuros valles
tiñendo los montes negros
Don Quijote se despierta
Cumpliendo su primer sueño
Lejos de sus andanzas
De naturaleza pleno
Sin embargo Sancho Panza
Su sueño perdurará
De la noche a la mañana.
Sin mucha intranquilidad
Don Quijote desvelado
Despierta a Sancho Panza.
Maravillado estaba, de
su condición libertaria.
¡Ay! Amigo Sancho Panza,
Embelesado te observo,
tus carnes son como mármol
cubierto de duro bronce.
carente de sentimientos.
Yo velo mientras tú duermes
Tú cantas cuando yo lloro
Comes cuando yo ayuno
Y te muestras perezoso.
Aprovecha Sancho amigo
La impavidez de la noche
La soledad en que estamos.
Retírate a lo lejos, y,
Por el bien de Dulcinea
Cumple con tus azotazos
Una vez hayas cumplido
acabaremos la noche
Cantando como amigos
por mi ausencia y tu firmeza
y el pastoral ejercicio.
-Señor, he de decirle
Que religioso no soy.
Que a mitad de mi sueño
Y después de azotarme
Es imposible que pase
Del sufrimiento a la música
apenas sin enterarme.
Don Quijote enfurecido
Arremete contra él:
“¡Oh alma endurecida!
‘Oh escudero sin piedad!
¡Oh pan mal empleado!
¡Mercedes del mal!”
Te recuerdo Sancho amigo,
Por mi, fuiste gobernador.
Y aún conservas la esperanza
Con el pasar de este año
otro título alcanzar
- Señor,
“Quien inventara el sueño
Muy bien hallado esté.
Pues es; capa que cubre
los humanos pensamientos.
Manjar que quita el hambre
Agua que ahuyenta la sed.
Fuego que calienta el frío.
Frío que templa el ardor.
Moneda que todo compra
Balanza que todo iguala
Al simple con el discreto
y al rey con el pastor”
También le digo señor,
No entiendo nada de eso
Le digo que mientras duermo
No hay esperanza, ni gloria.
Ni trabajo, ni temor.
El sueño de malo tiene
que se parece a la muerte
Pues, he oído decir:
De un dormido a un muerto
Poca diferencia hay.
- Sancho, nunca te oí hablar
Tan selecto como ahora.
Te recuerdo un refrán
Sabiéndote amigo de ellos
“No con quien naces,
Sino con quien paces”.
- Señor,
Veo que de su boca caen
Refranes de dos en dos.
Con una cierta diferencia.
Los míos son a deshora.
Los suyos, a colación.
II
Platicando se hallaban
Cuando, un sordo estruendo
Con un gruñir y bufar
Por el valle se extendió.
A ellos llegó en tropel
Una extendida piara
Sin respetar potestad
A Sancho y a don Quijote
Atacaron sin piedad
Acabada la batalla
Todo quedó por los suelos:
El rucio, armas, albarda.
Y Rocinante envuelto.
Sancho envalentonado
Pide la espada a su amo.
Don Quijote le contesta:
“Esta afrenta, Amigo Sancho,
es pena de mi pecado”
Sancho le hace comprender
Que para heredar las penas,
los Panzas y Quijotes
Nada tenían que ver.
-Durmamos ya de una vez
Y mañana medraremos
-Sancho, naciste para dormir.
Yo para velar tu sueño.
Dar rienda al pensamiento
la memoria componiendo
Señor,
-No seré yo el que piense.
El pensamiento trae copla
Coplee cuanto quisiere
Yo, dormiré cuanto pudiere.
Acurrucándose Sancho
Plácidamente durmió.
Mientras tanto don Quijote
Arrimado a un alcornoque
Entre suspiros cantó:
“Amor cuando yo pienso
En el mal que me das terrible y fuerte
Voy corriendo a la muerte
Pensando así acabar mi mal inmenso...”
Cada verso que decía
Entre suspiros y lágrimas,
llevado por el dolor
Por la ausencia de su amada
III
Amanece un nuevo día
Con claros rayos de sol
Sancho exclama con pavor
Al comprobar el destrozo
Que la piara dejó
Prosiguiendo su camino
Al declinar de la tarde
A caballo y a pie
se acercaban unos hombres
-¡Ay! Sancho, si yo pudiera
mis armas ejercitar
Y romper esta promesa
que me tiene maniatado
y sin poder pelear.
IV
Apresando a don Quijote
Maniatando a Sancho Panza
Imponiendo su silencio
Y sin poder rechistar.
Escuchando unos insultos:
“Caminar trogloditas!
Bárbaros, antropófagos.
Polifemos, carniceros...”
Y unas ofensas más.
Sancho entre si decía:
“¿Tortolitas, nosotros?
¿Ni barberos ni estropajos?
¿Nosotros perritas
A quien dice: cita, cita?”
Señor,
no me gustan estos nombres.
“a mal viento va esta parva”
Todo el mal viene a nosotros
Quiera Dios que acabe pronto
Patraña tan desdichada.
V
Don Quijote embelesado
Trata de filosofar
Sobre aquellos vituperios
De nada bien y mucho mal.
A una hora de la noche
Llegaron a un castillo
Perteneciente al duque
Por ellos muy conocido.
¡Válame Dios!
-Exclamó don Quijote-.
Al conocer la estancia
Y aunque todo en ella era
Corrección y cortesía
Tan resabiado estaba
Mal en bien, sólo veía
Ya en el patio principal
Viéndolo aderezado
Aumentó su admiración
Y el miedo acrecentado.
"El Quijote en verso"
Kety Morales
17/9/2010
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DON QUIJOTE; DE LA CABALLERÍA A LA VIDA PASTORIL
Lectura del Quijote en La Acequia: Capítulo 67 2ª parte
“De la resolución que tomó don Quijote de hacerse pastor y seguir la vida del campo en tanto que se pasaba el año de su promesa, con otros sucesos en verdad gustosos y buenos”
I
A la sombra de un árbol
don Quijote reflexiona
sobre los hechos pasados
que ensombrecen su persona.
Como moscas a la miel
acuden a su pensamiento;
su forzosa retirada...
Dulcinea , y su encantamiento
Sancho le hace reaccionar
hablándole de Tosilos
alabando su decisión
de retirarse a tiempo.
-¡Calla Sancho, te lo ruego!
¿Acaso te has creído
lo del lacayo Tosilo?
¿Acaso nos trajo nuevas
De la bella Altisidora?
O, acaso tú te olvidas
que Dulcinea se encuentra
por culpa de encantadores
convertida en labradora
-No era momento señor
De preguntar boberías.
Los pensamientos ajenos
en cuestiones de amoríos.
no me atañen a mí.
- Escucha Sancho amigo
aprende a diferenciar.
Hay obras que se realizan
por amor, o, lealtad.
Sabes bien que Altisidora
Tres tocadores me dio
como amante me maldijo
como enamorada lloró.
A cambio yo, amigo Sancho
nada le pude ofrecer.
Pues como tú sabes bien
los guardo para mi amada
Dulcinea del Toboso.
Recordándole don Quijote
que no prolongara más.
Por bien de su Dulcinea
Sancho, se debía azotar.
- Señor, no me niego a los azotes
Pues lo prometido es deuda.
Pero también le recuerdo,
en libros de caballerías
nunca llegó a leer, que,
Alquimias y desencantos
azotes, hacen desaparecer.
Añadiendo un refrán:
“Si os duele la cabeza,
untaos las rodillas”
Que nada tiene que ver.
- Sancho:
Dios quiera y el cielo vea
Que en la cuenta has caído,
Pues eres de mi señora
Como también eres mío.
II
Caminaban platicando
camino de su aldea
y recordaron de nuevo
los toros y su atropello
el lugar que sucediera
-Recuerda Sancho amigo
A pastoras y pastores
Reproduciendo a Arcadia.
Pensamiento muy discreto
Que debíamos seguir
En nuestro recogimiento
Sancho,
Compraré unas ovejas
y aperos del pastoral.
Yo, me llamaré Quijótiz
Tú, Pancino te has de llamar
Andaremos por los montes
Por los prados, por la selva.
Saciaremos nuestra sed
de las cristalinas fuentes.
El alcornoque dará
su sombra y buen asiento.
Las encinas nos darán
como siempre su alimento.
Soñaré con Dulcinea
Bajo la sombra del sauce
Alfombras hechas de rosas
Respirando puro aire
A la luz de las estrellas
Apolo estará presente
El amor y sus conceptos.
Yo seré un gran poeta
Y tú, mi acompañante.
- ¡Pardiez! Exclamaba Sancho
Que sin salir de su asombro
Imaginábase ya, a maese Nicolás
Al cura y al bachiller
En pastores convertidos.
Don Quijote llega a más.
Cambiando a todos el nombre;
Sansón, será Sansonino.
O si prefiere, Carrascón.
El barbero, Niculoso.
Aduciendo que Boscán
se llamara Nemoroso.
y el cura será Curiambro,
derivado de su nombre.
Buscaremos a pastoras
Que nos sirvan como amantes
Si pastora es “princesa”
La mía ya tiene nombre.
Señor.
-No seré yo quien la llame
A Teresa, Teresona,
Aunque bien por su gordura
Se lo podría aplicar.
Pero no soy yo quien busca
Trastrigo, en casa ajena.
Ni creo de buen ejemplo
Que el cura tenga pastora.
Y si el bachiller la quiere
Su alma en su palma está.
Don Quijote ya soñaba
con oír las churumbelas
con las gaitas zamoranas
con músicas de los albogues
con rabeles y sonajas.
-¿Qué son rabeles, señor?
Nunca los oí nombrar.
- Son unas chapas de azófar
chocando unas con otras,
su son nos hace llegar.
-Este nombre es morisco
Como son todos aquellos
De la lengua castellana.
Que comenzando en al;
“Alhombra, alguacil, almohaza.
Almacén, alcancía, almorzar
Y otros semejantes más.
También hay otras palabras
En nuestra lengua, moriscas
Borceguí, zaquizamí, y maravedí.
Conocidos como arábigos
Por terminar con la i.
Don Quijote egocéntrico
Presume de ser poeta
Comparándose con el cura
el bachiller Sansón .
Y maese Nicolás.
Corresponden todos ellos
Al gremio de los copleros
Y guitarristas también.
Asignando a cada uno
Apodos les vengan bien.
-“Yo, me sentiré de ausencia.
Tu Sancho, de enamorado.
Carrascón de desdeñado
Dejando libre albedrío
Al cura y a los demás.
Sancho Panza más astuto
No admite las zarandajas.
Qué de migas, qué de natas.
Y recordando a Sanchica.
Que es, de buen parecer.
Recuerda que hay pastores
Que no se comportan bien.
III
- Y si mi hija Sanchica
El hato ha de traer
“No quisiera que fuese a por lana
Y volviese trasquilada”.
El amor suele moverse
Por campos y por ciudades
Por la chozas pastorales
Y por palacios reales.
“Y quitada la ocasión
Se quita el pecado”.
“y ojos que no ven,
Corazón que no quiebra”.
“Y más vale salto de mata,
Que ruego de hombres buenos”.
Ensartando una vez más,
Un rosario de refranes.
-¡Vasta ya de refranes, Sancho!
Mira que te tengo dicho.
En refranes, no seas pródigo.
Pues cae en mí el castigo.
-“Dijo la sartén a la caldera:
Quítate allá ojinegra”
Me dice a mi que no diga,
Y vos señor,
los decís de dos en dos.
-Mira Sancho, los míos
Vienen a colación.
Son sentencias muy breves.
Experiencias de los sabios
Y de su especulación.
Sancho Panza y don Quijote
Por el camino buscaron
Lugar para descansar
Después de un mal cenar
Sancho se quedó dormido
Soñando con los castillos
De don Diego de Miranda.
Con las bodas de Camacho
Y don Antonio Moreno.
Pues con ellos si comía.
Y no, lo que pretendía
la andante caballería
y don Quijote su señor.
"El Quijote en verso"
Kety Morales
“De la resolución que tomó don Quijote de hacerse pastor y seguir la vida del campo en tanto que se pasaba el año de su promesa, con otros sucesos en verdad gustosos y buenos”
I
A la sombra de un árbol
don Quijote reflexiona
sobre los hechos pasados
que ensombrecen su persona.
Como moscas a la miel
acuden a su pensamiento;
su forzosa retirada...
Dulcinea , y su encantamiento
Sancho le hace reaccionar
hablándole de Tosilos
alabando su decisión
de retirarse a tiempo.
-¡Calla Sancho, te lo ruego!
¿Acaso te has creído
lo del lacayo Tosilo?
¿Acaso nos trajo nuevas
De la bella Altisidora?
O, acaso tú te olvidas
que Dulcinea se encuentra
por culpa de encantadores
convertida en labradora
-No era momento señor
De preguntar boberías.
Los pensamientos ajenos
en cuestiones de amoríos.
no me atañen a mí.
- Escucha Sancho amigo
aprende a diferenciar.
Hay obras que se realizan
por amor, o, lealtad.
Sabes bien que Altisidora
Tres tocadores me dio
como amante me maldijo
como enamorada lloró.
A cambio yo, amigo Sancho
nada le pude ofrecer.
Pues como tú sabes bien
los guardo para mi amada
Dulcinea del Toboso.
Recordándole don Quijote
que no prolongara más.
Por bien de su Dulcinea
Sancho, se debía azotar.
- Señor, no me niego a los azotes
Pues lo prometido es deuda.
Pero también le recuerdo,
en libros de caballerías
nunca llegó a leer, que,
Alquimias y desencantos
azotes, hacen desaparecer.
Añadiendo un refrán:
“Si os duele la cabeza,
untaos las rodillas”
Que nada tiene que ver.
- Sancho:
Dios quiera y el cielo vea
Que en la cuenta has caído,
Pues eres de mi señora
Como también eres mío.
II
Caminaban platicando
camino de su aldea
y recordaron de nuevo
los toros y su atropello
el lugar que sucediera
-Recuerda Sancho amigo
A pastoras y pastores
Reproduciendo a Arcadia.
Pensamiento muy discreto
Que debíamos seguir
En nuestro recogimiento
Sancho,
Compraré unas ovejas
y aperos del pastoral.
Yo, me llamaré Quijótiz
Tú, Pancino te has de llamar
Andaremos por los montes
Por los prados, por la selva.
Saciaremos nuestra sed
de las cristalinas fuentes.
El alcornoque dará
su sombra y buen asiento.
Las encinas nos darán
como siempre su alimento.
Soñaré con Dulcinea
Bajo la sombra del sauce
Alfombras hechas de rosas
Respirando puro aire
A la luz de las estrellas
Apolo estará presente
El amor y sus conceptos.
Yo seré un gran poeta
Y tú, mi acompañante.
- ¡Pardiez! Exclamaba Sancho
Que sin salir de su asombro
Imaginábase ya, a maese Nicolás
Al cura y al bachiller
En pastores convertidos.
Don Quijote llega a más.
Cambiando a todos el nombre;
Sansón, será Sansonino.
O si prefiere, Carrascón.
El barbero, Niculoso.
Aduciendo que Boscán
se llamara Nemoroso.
y el cura será Curiambro,
derivado de su nombre.
Buscaremos a pastoras
Que nos sirvan como amantes
Si pastora es “princesa”
La mía ya tiene nombre.
Señor.
-No seré yo quien la llame
A Teresa, Teresona,
Aunque bien por su gordura
Se lo podría aplicar.
Pero no soy yo quien busca
Trastrigo, en casa ajena.
Ni creo de buen ejemplo
Que el cura tenga pastora.
Y si el bachiller la quiere
Su alma en su palma está.
Don Quijote ya soñaba
con oír las churumbelas
con las gaitas zamoranas
con músicas de los albogues
con rabeles y sonajas.
-¿Qué son rabeles, señor?
Nunca los oí nombrar.
- Son unas chapas de azófar
chocando unas con otras,
su son nos hace llegar.
-Este nombre es morisco
Como son todos aquellos
De la lengua castellana.
Que comenzando en al;
“Alhombra, alguacil, almohaza.
Almacén, alcancía, almorzar
Y otros semejantes más.
También hay otras palabras
En nuestra lengua, moriscas
Borceguí, zaquizamí, y maravedí.
Conocidos como arábigos
Por terminar con la i.
Don Quijote egocéntrico
Presume de ser poeta
Comparándose con el cura
el bachiller Sansón .
Y maese Nicolás.
Corresponden todos ellos
Al gremio de los copleros
Y guitarristas también.
Asignando a cada uno
Apodos les vengan bien.
-“Yo, me sentiré de ausencia.
Tu Sancho, de enamorado.
Carrascón de desdeñado
Dejando libre albedrío
Al cura y a los demás.
Sancho Panza más astuto
No admite las zarandajas.
Qué de migas, qué de natas.
Y recordando a Sanchica.
Que es, de buen parecer.
Recuerda que hay pastores
Que no se comportan bien.
III
- Y si mi hija Sanchica
El hato ha de traer
“No quisiera que fuese a por lana
Y volviese trasquilada”.
El amor suele moverse
Por campos y por ciudades
Por la chozas pastorales
Y por palacios reales.
“Y quitada la ocasión
Se quita el pecado”.
“y ojos que no ven,
Corazón que no quiebra”.
“Y más vale salto de mata,
Que ruego de hombres buenos”.
Ensartando una vez más,
Un rosario de refranes.
-¡Vasta ya de refranes, Sancho!
Mira que te tengo dicho.
En refranes, no seas pródigo.
Pues cae en mí el castigo.
-“Dijo la sartén a la caldera:
Quítate allá ojinegra”
Me dice a mi que no diga,
Y vos señor,
los decís de dos en dos.
-Mira Sancho, los míos
Vienen a colación.
Son sentencias muy breves.
Experiencias de los sabios
Y de su especulación.
Sancho Panza y don Quijote
Por el camino buscaron
Lugar para descansar
Después de un mal cenar
Sancho se quedó dormido
Soñando con los castillos
De don Diego de Miranda.
Con las bodas de Camacho
Y don Antonio Moreno.
Pues con ellos si comía.
Y no, lo que pretendía
la andante caballería
y don Quijote su señor.
"El Quijote en verso"
Kety Morales
11 sept 2010
DON QUIJOTE DE REGRESO A SU PUEBLO
Lectura del Quijote en La Acequia: Capítulo LXVI 2ª parte
"Que trata de lo que verá el que lo leyere, o lo oirá, el que lo escuchare leer"
Foto: Internet
I
Con nostalgia don Quijote
Vuelve a mirar Barcelona
En esa ciudad cayó
Como andante caballero
Sus hazañas y su gloria
Al salir de la ciudad
Don Quijote se detuvo
En un alto del camino
Para así reflexionar:
-“Tú serás siempre mi Troya
Hazañas escurecidas
Revueltas de una fortuna
Y de mis glorias perdidas”
Cebase en él la desdicha
Volaban todas sus glorias
Pero no, la cobardía.
Aunque todo se acabó.
A lo que Sancho responde:
El padecer sufrimientos
En desgracias, o alegrías
Es, de corazones valerosos.
Y juzgo por mi, señor
Cuando fui gobernador
Alegre yo me encontraba
Ahora, soy escudero de a pie
no por ello me hallo triste.
Pues he oído decir
Que camina por ahí
Alguien llamada Fortuna
Borracha, antojadiza
Y sobre todo ciega,
reconoce, nada ver
II
- Sancho, qué buena filosofía
Y poder reflexionar
Con qué discreción me hablas
No se, quien te enseñará.
Lo que si voy a decirte:
Las cosas buenas o malas
Dicen que del cielo bajan.
Y cada uno es, lo que quiere ser.
Camina Sancho a la aldea
Para cumplir noviciado
Para así reflexionar, sobre
el ejercicio de las armas
Nunca por mi olvidado
- Señor, si tengo que caminar
Abandonemos las armas
De unas ramas colgadas
Como si fuesen ahorcados
Y yo ocuparé mi rucio
Y el camino será, mejor andado.
Buena idea, Sancho amigo
Dejaremos nuestras armas
Como trofeos ganados.
Y junto a ellas grabadas
Las palabras de Roldán:
“Que nadie las mueva
Que estar no pueda
Con Roldán a prueba”
- Y le digo más señor:
Todo parece de perlas.
Si no fuera por necesitarlo
Viendo a Rocinante acabado
Habría también de colgarlo.
Don Quijote da un respingo
Se desdice de lo dicho:
Negándose a abandonar
A Rocinante y las armas
No se diga Sancho, amigo
Que fui desagradecido.
Después de un buen servicio
merecen su galardón.
-Muy bien dicho-dice Sancho-.
Apuntando un refrán
“según dicen los discretos,
No ha de culparse al asno
Lo que se echa en la albarda”.
No castigue a Rocinante
Ni dirija a él su ira
Ni a la blandura de mis pies
Por creer que no caminan.
III
Caminaban platicando
Sobre todo lo ocurrido
Cuando hallaron un mesón
En fiesta, muy concurrido.
Al ver a los visitantes
De aspecto singular
Consultaron de una apuesta
Al ser de partes, neutral.
Dos labradores del pueblo
Se disputan en carrera.
Uno pesa once arrobas
El otro, a los cinco no llega.
Don Quijote se disculpa:
- De no ser porque me hallo.
Desvalido y trastocado
Con rectitud les diría...
Pero no es la ocasión.
Sancho Panza hace gala
Cuando fue gobernador
Exponiendo teorías
Que a todos les convenció.
- No es justo que compitan
Han de igualarse los dos
Ganando uno en peso, o,
Perdiendo el otro en dos.
Los labradores quedaron
Sumamente fascinados:
“Si el criado es tan discreto,
Cual debe de ser el amo”
Ante tales reflexiones
Abandonan la idea
Celebrándolo con vino
Prosiguiendo su carrera.
IV
Pasada la noche al raso,
Amanece un nuevo día.
Un mensajero del duque
A don Quijote transmitía:
De nuevo con su presencia.
de los duques la alegría
Don Quijote se negaba
Conocer al individuo
Aunque insistía en llamarse
Un tal lacayo Tosilos.
Don Quijote derrotado
Insiste en encantamientos
Y Tosilos le relata
Y salir muy mal parado
En cuestión de casamiento.
Ofreciéndoles beber
El vino de sus alforjas
Mezclado con buen Tronchón
Para delicia de Sancho.
Mientras Sancho y Tosilos
Saborean el buen vino
Don Quijote se retira
Reanudando el camino.
“El Quijote en verso”
Kety Morales
"Que trata de lo que verá el que lo leyere, o lo oirá, el que lo escuchare leer"
Foto: Internet
I
Con nostalgia don Quijote
Vuelve a mirar Barcelona
En esa ciudad cayó
Como andante caballero
Sus hazañas y su gloria
Al salir de la ciudad
Don Quijote se detuvo
En un alto del camino
Para así reflexionar:
-“Tú serás siempre mi Troya
Hazañas escurecidas
Revueltas de una fortuna
Y de mis glorias perdidas”
Cebase en él la desdicha
Volaban todas sus glorias
Pero no, la cobardía.
Aunque todo se acabó.
A lo que Sancho responde:
El padecer sufrimientos
En desgracias, o alegrías
Es, de corazones valerosos.
Y juzgo por mi, señor
Cuando fui gobernador
Alegre yo me encontraba
Ahora, soy escudero de a pie
no por ello me hallo triste.
Pues he oído decir
Que camina por ahí
Alguien llamada Fortuna
Borracha, antojadiza
Y sobre todo ciega,
reconoce, nada ver
II
- Sancho, qué buena filosofía
Y poder reflexionar
Con qué discreción me hablas
No se, quien te enseñará.
Lo que si voy a decirte:
Las cosas buenas o malas
Dicen que del cielo bajan.
Y cada uno es, lo que quiere ser.
Camina Sancho a la aldea
Para cumplir noviciado
Para así reflexionar, sobre
el ejercicio de las armas
Nunca por mi olvidado
- Señor, si tengo que caminar
Abandonemos las armas
De unas ramas colgadas
Como si fuesen ahorcados
Y yo ocuparé mi rucio
Y el camino será, mejor andado.
Buena idea, Sancho amigo
Dejaremos nuestras armas
Como trofeos ganados.
Y junto a ellas grabadas
Las palabras de Roldán:
“Que nadie las mueva
Que estar no pueda
Con Roldán a prueba”
- Y le digo más señor:
Todo parece de perlas.
Si no fuera por necesitarlo
Viendo a Rocinante acabado
Habría también de colgarlo.
Don Quijote da un respingo
Se desdice de lo dicho:
Negándose a abandonar
A Rocinante y las armas
No se diga Sancho, amigo
Que fui desagradecido.
Después de un buen servicio
merecen su galardón.
-Muy bien dicho-dice Sancho-.
Apuntando un refrán
“según dicen los discretos,
No ha de culparse al asno
Lo que se echa en la albarda”.
No castigue a Rocinante
Ni dirija a él su ira
Ni a la blandura de mis pies
Por creer que no caminan.
III
Caminaban platicando
Sobre todo lo ocurrido
Cuando hallaron un mesón
En fiesta, muy concurrido.
Al ver a los visitantes
De aspecto singular
Consultaron de una apuesta
Al ser de partes, neutral.
Dos labradores del pueblo
Se disputan en carrera.
Uno pesa once arrobas
El otro, a los cinco no llega.
Don Quijote se disculpa:
- De no ser porque me hallo.
Desvalido y trastocado
Con rectitud les diría...
Pero no es la ocasión.
Sancho Panza hace gala
Cuando fue gobernador
Exponiendo teorías
Que a todos les convenció.
- No es justo que compitan
Han de igualarse los dos
Ganando uno en peso, o,
Perdiendo el otro en dos.
Los labradores quedaron
Sumamente fascinados:
“Si el criado es tan discreto,
Cual debe de ser el amo”
Ante tales reflexiones
Abandonan la idea
Celebrándolo con vino
Prosiguiendo su carrera.
IV
Pasada la noche al raso,
Amanece un nuevo día.
Un mensajero del duque
A don Quijote transmitía:
De nuevo con su presencia.
de los duques la alegría
Don Quijote se negaba
Conocer al individuo
Aunque insistía en llamarse
Un tal lacayo Tosilos.
Don Quijote derrotado
Insiste en encantamientos
Y Tosilos le relata
Y salir muy mal parado
En cuestión de casamiento.
Ofreciéndoles beber
El vino de sus alforjas
Mezclado con buen Tronchón
Para delicia de Sancho.
Mientras Sancho y Tosilos
Saborean el buen vino
Don Quijote se retira
Reanudando el camino.
“El Quijote en verso”
Kety Morales
9 sept 2010
7 sept 2010
" NOVELAS EJEMPLARES" PARA NIÑOS
"Las novelas ejemplares" (Cervantes) para niños es mi excusa para regresar de nuevo al blog, después de mi viaje a Berlín, del que he regresado peor que don Quijote a su aldea, pues sólo se me ocurre a mi, irme con camisetas y calzado veraniego. Lo que ha derivado unos días con fiebre.
Mi visita esta vez,-además de disfrutar de ellos-, ha sido para asistir a la presentación de profesores e incorporación al colegio de mi nieta. En Berlín es tradición celebrarlo y como premio regalar al alumno/a, un cucurucho lleno de regalos.
Como siempre llevo cuentos en español a mi nieta. En esta ocasión le he llevado -entre otros- "Las novelas ejemplares". "La gitanilla" primera novela que trata, transcurre por las calles de Madrid..., es una delicia como está narrado e ilustrado, para que ellos se familiaricen con la obra de Cervantes.
5 sept 2010
DON QUIJOTE DERROTADO
Lectura del Quijote en La Acequia: Capítulo LXV 2ª parte
"Donde se da la noticia de quien era el de la Blanca Luna, con la libertad de don Gregorio y de otros sucesos".
I
Tras él, camina empeñado
Don Antonio y muchachos
Por descubrir cuanto antes
Al oscuro caballero
Llamado La Blanca Luna
Al sentirse acorralado
Y cejado en su empeño
Se descubrió confesando
Ser un vecino del pueblo
De don Alonso Quijano
-.Me llamo Sansón Carrasco
Apodado el bachiller
Amigo de don Quijote
Preocupado como amigo
Por su locura y sandez.
Combatí en otra ocasión
Batallando “contra” él.
Como Caballero de los Espejos
Quedando yo por vencido
Y don Quijote el vencedor
Aunque tuve que volver
a la aldea de La Mancha
quebrantado y molido
y con la cabeza gacha,
No he cejado en el empeño
de intentarlo nuevamente.
Seguro que al regresar
su juicio recobrará.
Dios os perdone el agravio
-exclamaba don Antonio-.
Por convertir en un cuerdo
Al más genial de los locos.
II
Sospechando don Antonio
Algo más tras esa industria
Insinúa al bachiller..., que,
Llevándose a don Quijote
Se lleva a Sancho también.
Llegando a un acuerdo
Callar bajo juramento
Guardar los dos en secreto
Lo hablado entre los dos
Don Antonio al visorrey
Le contó lo sucedido
No quedando convencido
De aquella explicación
III
Don Quijote en el lecho
Postrado lleva seis días
Marrido y pensativo
Por haber sido vencido.
Sancho trata consolarle:
-Alce señor la cabeza,
Alegre el rostro sombrío.
Y dele gracias al cielo
Por salir de este derribo.
Sancho, añorando su gobierno...
Sueña en llegar a ser conde.
sus esperanzas se esfuman
como humo por el viento
Si abandona don Quijote
“Calla Sancho
- don Quijote le contesta-
No ves que mi reclusión
No ha de pasar en un año.
Y no faltará un reino
Para hallar compensación
-“Dios lo oiga –dijo Sancho-
Y el pecado sea sordo,
Que siempre he oído decir
Que más vale buena esperanza
Que ruin posesión”.
IV
En esta plática estaban
Don Quijote y Sancho Panza
Cuando llegó don Antonio
Con nuevas que les contara
-¡Alégrese don Quijote!
Que don Gregorio se halla
Junto con el renegado
Paseando por la playa.
Don Quijote se alegró.
Pero dejó bien sentado:
Con la fuerza de su brazo
Lo hubiera hecho mejor.
Liberando a la vez
A los cristianos cautivos.
Para al fin reconocer
él, se hallaba vencido.
V
Hechas ya las diligencias;
Llegadas al visorrey
Don Gregorio se presenta
En casa de don Antonio
donde se halla su amada.
Don Ricote y Ana Félix
Salieron a recibirlo...
Lágrimas se derramaron
y los ojos se expresaron
como lenguaje de amor.
VI
Don Gregorio relató
Escueto y con discreción
Pormenores del viaje.
Y don Ricote pagó
Al renegado su sueldo.
Don Antonio se ocupó
De llevar las diligencias...
Ana Félix, quedase con su mujer.
Don Ricote, en casa del visorrey.
Y don Gregorio se marcha
A sus padres abrazar.
Con cinco escudo no más
Prestados por don Antonio
Finalizando esta historia
Con la marcha de,
don Quijote y Sancho Panza
regresando a su aldea
para no salir jamás.
"El Quijote en verso"
Kety Morales
"Donde se da la noticia de quien era el de la Blanca Luna, con la libertad de don Gregorio y de otros sucesos".
I
Tras él, camina empeñado
Don Antonio y muchachos
Por descubrir cuanto antes
Al oscuro caballero
Llamado La Blanca Luna
Al sentirse acorralado
Y cejado en su empeño
Se descubrió confesando
Ser un vecino del pueblo
De don Alonso Quijano
-.Me llamo Sansón Carrasco
Apodado el bachiller
Amigo de don Quijote
Preocupado como amigo
Por su locura y sandez.
Combatí en otra ocasión
Batallando “contra” él.
Como Caballero de los Espejos
Quedando yo por vencido
Y don Quijote el vencedor
Aunque tuve que volver
a la aldea de La Mancha
quebrantado y molido
y con la cabeza gacha,
No he cejado en el empeño
de intentarlo nuevamente.
Seguro que al regresar
su juicio recobrará.
Dios os perdone el agravio
-exclamaba don Antonio-.
Por convertir en un cuerdo
Al más genial de los locos.
II
Sospechando don Antonio
Algo más tras esa industria
Insinúa al bachiller..., que,
Llevándose a don Quijote
Se lleva a Sancho también.
Llegando a un acuerdo
Callar bajo juramento
Guardar los dos en secreto
Lo hablado entre los dos
Don Antonio al visorrey
Le contó lo sucedido
No quedando convencido
De aquella explicación
III
Don Quijote en el lecho
Postrado lleva seis días
Marrido y pensativo
Por haber sido vencido.
Sancho trata consolarle:
-Alce señor la cabeza,
Alegre el rostro sombrío.
Y dele gracias al cielo
Por salir de este derribo.
Sancho, añorando su gobierno...
Sueña en llegar a ser conde.
sus esperanzas se esfuman
como humo por el viento
Si abandona don Quijote
“Calla Sancho
- don Quijote le contesta-
No ves que mi reclusión
No ha de pasar en un año.
Y no faltará un reino
Para hallar compensación
-“Dios lo oiga –dijo Sancho-
Y el pecado sea sordo,
Que siempre he oído decir
Que más vale buena esperanza
Que ruin posesión”.
IV
En esta plática estaban
Don Quijote y Sancho Panza
Cuando llegó don Antonio
Con nuevas que les contara
-¡Alégrese don Quijote!
Que don Gregorio se halla
Junto con el renegado
Paseando por la playa.
Don Quijote se alegró.
Pero dejó bien sentado:
Con la fuerza de su brazo
Lo hubiera hecho mejor.
Liberando a la vez
A los cristianos cautivos.
Para al fin reconocer
él, se hallaba vencido.
V
Hechas ya las diligencias;
Llegadas al visorrey
Don Gregorio se presenta
En casa de don Antonio
donde se halla su amada.
Don Ricote y Ana Félix
Salieron a recibirlo...
Lágrimas se derramaron
y los ojos se expresaron
como lenguaje de amor.
VI
Don Gregorio relató
Escueto y con discreción
Pormenores del viaje.
Y don Ricote pagó
Al renegado su sueldo.
Don Antonio se ocupó
De llevar las diligencias...
Ana Félix, quedase con su mujer.
Don Ricote, en casa del visorrey.
Y don Gregorio se marcha
A sus padres abrazar.
Con cinco escudo no más
Prestados por don Antonio
Finalizando esta historia
Con la marcha de,
don Quijote y Sancho Panza
regresando a su aldea
para no salir jamás.
"El Quijote en verso"
Kety Morales