Lectura del Quijote en La Acequia. capítulo LXVIII 2ª parte
“De la cerdosa aventura que le aconteció a don Quijote”
I
Salió la señora Luna
A pasear por el cielo
Alcanzando las Antípodas
Desertando oscuros valles
tiñendo los montes negros
Don Quijote se despierta
Cumpliendo su primer sueño
Lejos de sus andanzas
De naturaleza pleno
Sin embargo Sancho Panza
Su sueño perdurará
De la noche a la mañana.
Sin mucha intranquilidad
Don Quijote desvelado
Despierta a Sancho Panza.
Maravillado estaba, de
su condición libertaria.
¡Ay! Amigo Sancho Panza,
Embelesado te observo,
tus carnes son como mármol
cubierto de duro bronce.
carente de sentimientos.
Yo velo mientras tú duermes
Tú cantas cuando yo lloro
Comes cuando yo ayuno
Y te muestras perezoso.
Aprovecha Sancho amigo
La impavidez de la noche
La soledad en que estamos.
Retírate a lo lejos, y,
Por el bien de Dulcinea
Cumple con tus azotazos
Una vez hayas cumplido
acabaremos la noche
Cantando como amigos
por mi ausencia y tu firmeza
y el pastoral ejercicio.
-Señor, he de decirle
Que religioso no soy.
Que a mitad de mi sueño
Y después de azotarme
Es imposible que pase
Del sufrimiento a la música
apenas sin enterarme.
Don Quijote enfurecido
Arremete contra él:
“¡Oh alma endurecida!
‘Oh escudero sin piedad!
¡Oh pan mal empleado!
¡Mercedes del mal!”
Te recuerdo Sancho amigo,
Por mi, fuiste gobernador.
Y aún conservas la esperanza
Con el pasar de este año
otro título alcanzar
- Señor,
“Quien inventara el sueño
Muy bien hallado esté.
Pues es; capa que cubre
los humanos pensamientos.
Manjar que quita el hambre
Agua que ahuyenta la sed.
Fuego que calienta el frío.
Frío que templa el ardor.
Moneda que todo compra
Balanza que todo iguala
Al simple con el discreto
y al rey con el pastor”
También le digo señor,
No entiendo nada de eso
Le digo que mientras duermo
No hay esperanza, ni gloria.
Ni trabajo, ni temor.
El sueño de malo tiene
que se parece a la muerte
Pues, he oído decir:
De un dormido a un muerto
Poca diferencia hay.
- Sancho, nunca te oí hablar
Tan selecto como ahora.
Te recuerdo un refrán
Sabiéndote amigo de ellos
“No con quien naces,
Sino con quien paces”.
- Señor,
Veo que de su boca caen
Refranes de dos en dos.
Con una cierta diferencia.
Los míos son a deshora.
Los suyos, a colación.
II
Platicando se hallaban
Cuando, un sordo estruendo
Con un gruñir y bufar
Por el valle se extendió.
A ellos llegó en tropel
Una extendida piara
Sin respetar potestad
A Sancho y a don Quijote
Atacaron sin piedad
Acabada la batalla
Todo quedó por los suelos:
El rucio, armas, albarda.
Y Rocinante envuelto.
Sancho envalentonado
Pide la espada a su amo.
Don Quijote le contesta:
“Esta afrenta, Amigo Sancho,
es pena de mi pecado”
Sancho le hace comprender
Que para heredar las penas,
los Panzas y Quijotes
Nada tenían que ver.
-Durmamos ya de una vez
Y mañana medraremos
-Sancho, naciste para dormir.
Yo para velar tu sueño.
Dar rienda al pensamiento
la memoria componiendo
Señor,
-No seré yo el que piense.
El pensamiento trae copla
Coplee cuanto quisiere
Yo, dormiré cuanto pudiere.
Acurrucándose Sancho
Plácidamente durmió.
Mientras tanto don Quijote
Arrimado a un alcornoque
Entre suspiros cantó:
“Amor cuando yo pienso
En el mal que me das terrible y fuerte
Voy corriendo a la muerte
Pensando así acabar mi mal inmenso...”
Cada verso que decía
Entre suspiros y lágrimas,
llevado por el dolor
Por la ausencia de su amada
III
Amanece un nuevo día
Con claros rayos de sol
Sancho exclama con pavor
Al comprobar el destrozo
Que la piara dejó
Prosiguiendo su camino
Al declinar de la tarde
A caballo y a pie
se acercaban unos hombres
-¡Ay! Sancho, si yo pudiera
mis armas ejercitar
Y romper esta promesa
que me tiene maniatado
y sin poder pelear.
IV
Apresando a don Quijote
Maniatando a Sancho Panza
Imponiendo su silencio
Y sin poder rechistar.
Escuchando unos insultos:
“Caminar trogloditas!
Bárbaros, antropófagos.
Polifemos, carniceros...”
Y unas ofensas más.
Sancho entre si decía:
“¿Tortolitas, nosotros?
¿Ni barberos ni estropajos?
¿Nosotros perritas
A quien dice: cita, cita?”
Señor,
no me gustan estos nombres.
“a mal viento va esta parva”
Todo el mal viene a nosotros
Quiera Dios que acabe pronto
Patraña tan desdichada.
V
Don Quijote embelesado
Trata de filosofar
Sobre aquellos vituperios
De nada bien y mucho mal.
A una hora de la noche
Llegaron a un castillo
Perteneciente al duque
Por ellos muy conocido.
¡Válame Dios!
-Exclamó don Quijote-.
Al conocer la estancia
Y aunque todo en ella era
Corrección y cortesía
Tan resabiado estaba
Mal en bien, sólo veía
Ya en el patio principal
Viéndolo aderezado
Aumentó su admiración
Y el miedo acrecentado.
"El Quijote en verso"
Kety Morales
17/9/2010