Foto: Kety: |
Cuando
aún las luces de la ciudad,
alumbran al llegar la alborada,
alumbran al llegar la alborada,
dos
héroes de una fábula grotesca
en
un banco sentados,
amigablemente
dialogaban.
Dos
héroes de fábulas quiméricas.
Don
Quijote, un hidalgo ocioso.
buscador
de libertad y justicia.
Sancho,
de posición humilde,
sin
fortuna que le acompañara.
Anhelando
su ínsula soñada.
Sin
saber en su torpeza cada cual.
que
no conseguirían nada.
Tras
ellos, unos oídos invisibles escuchan,
anotando
de ellos, cada palabra.
De
don Quijote, eran sueños y utopías
soñando
con una hermosa dama.
Había
leído muchos libros de caballería…
En
todos, el amor resaltaba.
De
Sancho Panza, eran frases simplonas,
sencillas,
pero, de mucha templanza,
el
pobre por ser pobre no tendrá cultura
pero
sí, palabras sabias.
Ya se sabe qué, en casa del pobre,
el hambre acentúa el ingenio
y, a
Sancho Panza, eso, le sobraba.
Ya
lo dijo su creador Miguel de Cervantes:
“Los
montes crían letrados”
Libro: Una mirada al atardecer
9/5/17