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3 nov 2020

HERIDA







"El grito"
Edvard Munch



Es difícil cuando la vida te hiere, 
y te lastima en silencio. Pero hay que intentarlo cuando todo es desierto. 
Quiero romper este mutismo  que me hiere el estómago y lacera por dentro.  Sé que la vida es bella.  Que hay miradas puras  con ojos muy claros y manos muy blancas  con bellos deseos. 
Que no hay desiertos si no queremos verlos.  Sólo es, tratar de omitirlos  aunque sea un momento. 
Que la vida es un salto de vallas  y, aunque tropecemos, debemos levantarnos y seguir corriendo. 
Y alcanzar la meta deseada. Y concluir nuestra historia.  Pues nadie, ¡nadie, nadie! Vendrá por nosotros a hacerlo. 

Kety Morales Argudo Libro: Poemas del silencio. 2012

UNA MIRADA



Una mirada,

una caricia,

un sentimiento,

reposando en mi regazo,

horas, hasta el amanecer

por descubrir su argumento.

 

De soslayo en silencio

se miran unos a otros…

¿Quién será el afortunado?

Se preguntan entre ellos.

 

¡Qué gozada ver que,

al simple tacto de mi mano,

puedan sentir tanto anhelo!

 

Un silencio sepulcral

se percibe en el elenco..

 

Erguido está Don Quijote

junto a Ferlosio, y Galdós.

Don Quijote los observa,

El Jarama, Marianela,

tardes de ocio y pasión.

 

Neruda y Miguel Hernández

quieren levantar su voz,

recordando; 

los versos mas tristes de una noche,

que, La Nana de la cebolla, silenció.

 

En un extremo, Gloria Fuertes 

hace guiños a Chejot

“La muerte del funcionario”

a Gloria Fuertes, sorprendió.

Pues nunca ha de rebajarse 

por ser un grado inferior.

 

Delibes y Laforet, “Nada”

tienen que objetar,

el Mochuelo en su Camino

tiene mucho por andar. 

 

Gloria Fuertes le sonríe

a don José de Zorrilla,

recordando a don Tenorio.

¡Cómo le hubiese gustado

ser doña Inés, por un día!


Aunque ella se conforma

con que se acaben la guerras

se declaren los soldados

en huelga, por si la hubiera.


Satisfecha en su empeño

por hacer de sonreír

a mayores y pequeños

pues siempre sería su fin.

 

Ahí está, Pérez Reverte

con su gesto peculiar,

admirando al gran elenco 

que junto a ellos está.

 

¿Cuál de nosotros será

-se preguntan-,

esta vez afortunado…?

Una inquietud se percibe

al contacto de una mano.

 

Mi mano se decantó...,

por don Miguel de Cervantes

y su ingenioso hidalgo.


 

Foto y texto: Kety Morales Argudo

Próximo libro

25/10/2020