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16 sept 2010

DON QUIJOTE; DE LA CABALLERÍA A LA VIDA PASTORIL

Lectura del Quijote en La Acequia: Capítulo 67 2ª parte

“De la resolución que tomó don Quijote de hacerse pastor y seguir la vida del campo en tanto que se pasaba el año de su promesa, con otros sucesos en verdad gustosos y buenos”













I

A la sombra de un árbol
don Quijote reflexiona
sobre los hechos pasados
que ensombrecen su persona.

Como moscas a la miel
acuden a su pensamiento;
su forzosa retirada...
Dulcinea , y su encantamiento

Sancho le hace reaccionar
hablándole de Tosilos
alabando su decisión
de retirarse a tiempo.

-¡Calla Sancho, te lo ruego!
¿Acaso te has creído
lo del lacayo Tosilo?
¿Acaso nos trajo nuevas
De la bella Altisidora?

O, acaso tú te olvidas
que Dulcinea se encuentra
por culpa de encantadores
convertida en labradora

-No era momento señor
De preguntar boberías.
Los pensamientos ajenos
en cuestiones de amoríos.
no me atañen a mí.

- Escucha Sancho amigo
aprende a diferenciar.
Hay obras que se realizan
por amor, o, lealtad.

Sabes bien que Altisidora
Tres tocadores me dio
como amante me maldijo
como enamorada lloró.

A cambio yo, amigo Sancho
nada le pude ofrecer.
Pues como tú sabes bien
los guardo para mi amada
Dulcinea del Toboso.

Recordándole don Quijote
que no prolongara más.
Por bien de su Dulcinea
Sancho, se debía azotar.

- Señor, no me niego a los azotes
Pues lo prometido es deuda.
Pero también le recuerdo,
en libros de caballerías
nunca llegó a leer, que,
Alquimias y desencantos
azotes, hacen desaparecer.

Añadiendo un refrán:
“Si os duele la cabeza,
untaos las rodillas”
Que nada tiene que ver.

- Sancho:
Dios quiera y el cielo vea
Que en la cuenta has caído,
Pues eres de mi señora
Como también eres mío.

II

Caminaban platicando
camino de su aldea
y recordaron de nuevo
los toros y su atropello
el lugar que sucediera


-Recuerda Sancho amigo
A pastoras y pastores
Reproduciendo a Arcadia.
Pensamiento muy discreto
Que debíamos seguir
En nuestro recogimiento

Sancho,
Compraré unas ovejas
y aperos del pastoral.
Yo, me llamaré Quijótiz
Tú, Pancino te has de llamar

Andaremos por los montes
Por los prados, por la selva.
Saciaremos nuestra sed
de las cristalinas fuentes.

El alcornoque dará
su sombra y buen asiento.
Las encinas nos darán
como siempre su alimento.

Soñaré con Dulcinea
Bajo la sombra del sauce
Alfombras hechas de rosas
Respirando puro aire

A la luz de las estrellas
Apolo estará presente
El amor y sus conceptos.
Yo seré un gran poeta
Y tú, mi acompañante.

- ¡Pardiez! Exclamaba Sancho
Que sin salir de su asombro
Imaginábase ya, a maese Nicolás
Al cura y al bachiller
En pastores convertidos.

Don Quijote llega a más.
Cambiando a todos el nombre;
Sansón, será Sansonino.
O si prefiere, Carrascón.
El barbero, Niculoso.
Aduciendo que Boscán
se llamara Nemoroso.
y el cura será Curiambro,
derivado de su nombre.

Buscaremos a pastoras
Que nos sirvan como amantes
Si pastora es “princesa”
La mía ya tiene nombre.

Señor.
-No seré yo quien la llame
A Teresa, Teresona,
Aunque bien por su gordura
Se lo podría aplicar.

Pero no soy yo quien busca
Trastrigo, en casa ajena.
Ni creo de buen ejemplo
Que el cura tenga pastora.
Y si el bachiller la quiere
Su alma en su palma está.

Don Quijote ya soñaba
con oír las churumbelas
con las gaitas zamoranas
con músicas de los albogues
con rabeles y sonajas.


-¿Qué son rabeles, señor?
Nunca los oí nombrar.
- Son unas chapas de azófar
chocando unas con otras,
su son nos hace llegar.

-Este nombre es morisco
Como son todos aquellos
De la lengua castellana.
Que comenzando en al;
“Alhombra, alguacil, almohaza.
Almacén, alcancía, almorzar
Y otros semejantes más.

También hay otras palabras
En nuestra lengua, moriscas
Borceguí, zaquizamí, y maravedí.
Conocidos como arábigos
Por terminar con la i.

Don Quijote egocéntrico
Presume de ser poeta
Comparándose con el cura
el bachiller Sansón .
Y maese Nicolás.

Corresponden todos ellos
Al gremio de los copleros
Y guitarristas también.
Asignando a cada uno
Apodos les vengan bien.

-“Yo, me sentiré de ausencia.
Tu Sancho, de enamorado.
Carrascón de desdeñado
Dejando libre albedrío
Al cura y a los demás.

Sancho Panza más astuto
No admite las zarandajas.
Qué de migas, qué de natas.
Y recordando a Sanchica.
Que es, de buen parecer.
Recuerda que hay pastores
Que no se comportan bien.

III

- Y si mi hija Sanchica
El hato ha de traer
“No quisiera que fuese a por lana
Y volviese trasquilada”.

El amor suele moverse
Por campos y por ciudades
Por la chozas pastorales
Y por palacios reales.

“Y quitada la ocasión
Se quita el pecado”.
“y ojos que no ven,
Corazón que no quiebra”.

“Y más vale salto de mata,
Que ruego de hombres buenos”.
Ensartando una vez más,
Un rosario de refranes.

-¡Vasta ya de refranes, Sancho!
Mira que te tengo dicho.
En refranes, no seas pródigo.
Pues cae en mí el castigo.

-“Dijo la sartén a la caldera:
Quítate allá ojinegra”
Me dice a mi que no diga,
Y vos señor,
los decís de dos en dos.

-Mira Sancho, los míos
Vienen a colación.
Son sentencias muy breves.
Experiencias de los sabios
Y de su especulación.

Sancho Panza y don Quijote
Por el camino buscaron
Lugar para descansar
Después de un mal cenar

Sancho se quedó dormido
Soñando con los castillos
De don Diego de Miranda.
Con las bodas de Camacho
Y don Antonio Moreno.

Pues con ellos si comía.
Y no, lo que pretendía
la andante caballería
y don Quijote su señor.


"El Quijote en verso"
Kety Morales