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11 sept 2010

DON QUIJOTE DE REGRESO A SU PUEBLO

Lectura del Quijote en La Acequia: Capítulo LXVI 2ª parte

"Que trata de lo que verá el que lo leyere, o lo oirá, el que lo escuchare leer"






Foto: Internet










I

Con nostalgia don Quijote
Vuelve a mirar Barcelona
En esa ciudad cayó
Como andante caballero
Sus hazañas y su gloria

Al salir de la ciudad
Don Quijote se detuvo
En un alto del camino
Para así reflexionar:


-“Tú serás siempre mi Troya
Hazañas escurecidas
Revueltas de una fortuna
Y de mis glorias perdidas”

Cebase en él la desdicha
Volaban todas sus glorias
Pero no, la cobardía.
Aunque todo se acabó.

A lo que Sancho responde:
El padecer sufrimientos
En desgracias, o alegrías
Es, de corazones valerosos.

Y juzgo por mi, señor
Cuando fui gobernador
Alegre yo me encontraba
Ahora, soy escudero de a pie
no por ello me hallo triste.

Pues he oído decir
Que camina por ahí
Alguien llamada Fortuna
Borracha, antojadiza
Y sobre todo ciega,
reconoce, nada ver

II

- Sancho, qué buena filosofía
Y poder reflexionar
Con qué discreción me hablas
No se, quien te enseñará.

Lo que si voy a decirte:
Las cosas buenas o malas
Dicen que del cielo bajan.
Y cada uno es, lo que quiere ser.

Camina Sancho a la aldea
Para cumplir noviciado
Para así reflexionar, sobre
el ejercicio de las armas
Nunca por mi olvidado

- Señor, si tengo que caminar
Abandonemos las armas
De unas ramas colgadas
Como si fuesen ahorcados
Y yo ocuparé mi rucio
Y el camino será, mejor andado.

Buena idea, Sancho amigo
Dejaremos nuestras armas
Como trofeos ganados.
Y junto a ellas grabadas
Las palabras de Roldán:

“Que nadie las mueva
Que estar no pueda
Con Roldán a prueba”

- Y le digo más señor:
Todo parece de perlas.
Si no fuera por necesitarlo
Viendo a Rocinante acabado
Habría también de colgarlo.

Don Quijote da un respingo
Se desdice de lo dicho:
Negándose a abandonar
A Rocinante y las armas

No se diga Sancho, amigo
Que fui desagradecido.
Después de un buen servicio
merecen su galardón.

-Muy bien dicho-dice Sancho-.
Apuntando un refrán
“según dicen los discretos,
No ha de culparse al asno
Lo que se echa en la albarda”.

No castigue a Rocinante
Ni dirija a él su ira
Ni a la blandura de mis pies
Por creer que no caminan.

III

Caminaban platicando
Sobre todo lo ocurrido
Cuando hallaron un mesón
En fiesta, muy concurrido.

Al ver a los visitantes
De aspecto singular
Consultaron de una apuesta
Al ser de partes, neutral.

Dos labradores del pueblo
Se disputan en carrera.
Uno pesa once arrobas
El otro, a los cinco no llega.

Don Quijote se disculpa:
- De no ser porque me hallo.
Desvalido y trastocado
Con rectitud les diría...
Pero no es la ocasión.

Sancho Panza hace gala
Cuando fue gobernador
Exponiendo teorías
Que a todos les convenció.

- No es justo que compitan
Han de igualarse los dos
Ganando uno en peso, o,
Perdiendo el otro en dos.

Los labradores quedaron
Sumamente fascinados:
“Si el criado es tan discreto,
Cual debe de ser el amo”


Ante tales reflexiones
Abandonan la idea
Celebrándolo con vino
Prosiguiendo su carrera.

IV


Pasada la noche al raso,
Amanece un nuevo día.
Un mensajero del duque
A don Quijote transmitía:
De nuevo con su presencia.
de los duques la alegría

Don Quijote se negaba
Conocer al individuo
Aunque insistía en llamarse
Un tal lacayo Tosilos.

Don Quijote derrotado
Insiste en encantamientos
Y Tosilos le relata
Y salir muy mal parado
En cuestión de casamiento.

Ofreciéndoles beber
El vino de sus alforjas
Mezclado con buen Tronchón
Para delicia de Sancho.

Mientras Sancho y Tosilos
Saborean el buen vino
Don Quijote se retira
Reanudando el camino.


“El Quijote en verso”
Kety Morales