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18 nov 2009

DON QUIJOTE SANCHO PANZA EMOCIONADOS






Capítulo V















Visitaron museos; el de las Armas, el museo del Prado, el Reina Sofía...
Si don Quijote disfrutó en el Museo de las Armas. Sancho enmudeció al contemplar una exposición de bodegones en el Museo del Prado. - ¡Cuanta comida en los cuadros y él con el estómago vacío! –refunfuñaba Sancho -, don Quijote le reprendía por no valorar más el arte.












Se acercaron hasta el retiro para descansar. Junto al estanque, Sancho miraba como echaban migas de pan a los peces, por un momento sintió deseos de arrojarse al agua. Don Quijote en cambio, miró la estatua ecuestre de Alfonso XII y quedó pensativo.
Según salían del Retiro hacia la Cuesta de Moyano, un grupo de jóvenes disfrutaban de un día de ocio. Unos disfrutaban con la lectura de un libro, otros charlaban, y una pareja tumbada en el césped, jugueteaban, se besaban y se hacían arrumacos. Don Quijote al verlos, confundido, y obsesionado por lo que había escuchado en el Parlamento, quiso arremeter contra el muchacho. Sancho le hizo comprender que eso era amor, no lo que imaginaba.















Caminaron hasta alcanzar la Glorieta de Carlos V, un grupo de personas se dirigían hacia la estación de Atocha. Don Quijote y Sancho se unieron a ellos, por ver en que deparaba aquello. Era espectacular. Miles de velas y flores componían un altar enorme en homenaje a los fallecidos por la barbarie.














¡Cómo lloraba Sancho al ver fotografías de jóvenes de la edad de sus hijos! Don Quijote impotente, contenía las lágrimas a duras penas.
Más tarde subieron por la calle Atocha, curiosamente se detuvieron ante una imprenta llamada Juan de la Cuesta. Desembocaron en la Puerta del Sol y alcanzaron la Plaza Mayor. Al ver otra estatua ecuestre, ésta, de Felipe III, don Quijote no pudo evitar imaginarse, él con Rocinante en una plaza similar.

Mayo del 2004

Fotos: Wikipedia