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15 nov 2009

DON QUIJOTE Y SANCHO PANZA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL







Capítulo III






Una vez en la calle, dos hombres jóvenes con unos objetos colgados al hombro y que de vez en cuando miraban a través de ellos, discutían desaforados, - según ellos por ocupar mejor posición. A unos metros, un individuo con uniforme y metralleta en mano, permanecía impertérrito ante la disputa. Sólo un grupo de personas, al parecer relacionadas con su gremio se acercaron a calmarlos.
En ese instante, don Quijote recordó a Sancho, la trifulca con los gallegos por culpa de los yangüeses.
Haciéndole ver, cómo cada uno lucha con los de su rango.














Bajaron hasta Neptuno. Caminaron por el Paseo del Prado hasta tomar el Paseo de Recoletos. Sancho caminaba junto a don Quijote embobado por la grandiosidad de los edificios, (el Banco de España, el Palacio de Comunicaciones...) la ciudad aparecía ante ellos engalanada, ¡llena de flores!

















Al llegar a la Biblioteca Nacional, don Quijote se paró en seco. ¡Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la Barca, Cervantes...! ¡No podía pasar por alto aquel edificio! Creyó estar soñando al ver tanto libro. Miraba a un lado y a otro. Infinidad de títulos y escritores. Recorría los pasillos embelesado, cuando al mirar una estantería..., casi desfallece al ver; “Amadís de Gaula”, “Don Olivante de Laura” de Antonio de Torquemada, “Bernardo del Carpio” de Agustín Alonso, “La Diana” de Jorge de Montemayor, “ Don Belianís” del sabio Fristón... Al llegar a don Belianis, montó en cólera. -¡Éste! ¡Éste fue el culpable! Gritó. Ese sabio Frestón o Fristón se trajo mis libros aquí.
Sancho no entendía nada y trató de calmarle. Observó que nadie hablaba en alto, como mucho, susurraba.
Don Quijote recordó su promesa de comportarse y siguió contemplando aquel tesoro. Pues para él, aquel edificio era un tesoro incalculable. Asentía las palabras del parlamento al fomentar la cultura. Aquellos libros habían sido escritos para el mundo y el mundo debía leerlos.
De no haber sido por las prisas de Sancho, don Quijote no hubiese salido de allí.

Camina Sancho camina
Mayo del 2004

Fotos: Wikipedia

5 comentarios:

Antonio Aguilera dijo...

Vaya a donde vino a parar el fruto del donoso escrutinio.
Todos sus màs preciados libros de caballerìa estaban aquì apilados.

-Sancho, date una vuelta por Madrid, mientras "bicheo" mis libros perdidos.
- Vale, mi amo, me daré una vuelta por el Zoológico; a ver si veo alguna ave de las que vuela, para echarla a la cazuela.
-Pero gasta cuidado en el Metro, no te quedes dormidooooo...con el buche lleno.

Saludos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

En efecto, todo un tesoro. Entrar en ella tiene algo de rito sagrado.

Ele Bergón dijo...

Hola Kety ¿Qué tal estás?

Ya veo que has sacado a pasear a Don Quijote y Sancho por las calles de Madrid y ¡han llegado a la Biblioteca Nacional! ¡Quién se lo iba a decir!

Besos

Luz

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Esa biblioteca es una joya...ojalá no la encentre el cura y el barbero que son capaces de meterle fuego...saludos

abuelo Andrés dijo...

Que buen paseo se dieron Don Quijote y Sancho por el Madrid moderno, haber si Sancho lo lleva por el casco antiguo de la ciudad para que quede impresionado de su arquitectura y calles estrechas.
UN abrazo.

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