TRES POETAS: RECORDANDO A MACHADO



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Tres Maestros conversan
en la venta de Cidones
en rededor de una mesa,
mientras la tarde oscurece

Don Miguel de Unamuno,
junto a Azorín, y Machado
Mientras contemplan Castilla,
Hablan del futuro y el pasado.

Machado con su dolor,
recuerda a Leonor,

“Todo es monotonía,
perdió lo que más quería
La muerte se la llevó”

Mientras Miguel de Unamuno,
Rector de Salamanca, leal.
De una España que se agita”
¡Aún su grito retumba!

Azorín embelesado,
escucha unos “Elogios”
Del gran Maestro Machado:

¡Oh, tú “Azorín”, que de la mar de Ulises
viniste al ancho llano en donde el gran Quijote,
el buen Quijote soñó con Esplandianes y Amadises buen
“ Azorín”, por adopción manchego…

Tres Maestros, tres Poetas,
conversan en una venta.
En rededor de una mesa
Mientras la tarde oscurece.

Kety Morales Argudo  

Aportación al club de lectura de Pedro Ojeda  "La Acequia". Lectura, "Campos de Castilla", de Antonio Machado

RECUERDOS DE CASTILLA. RECORDANDO A MACHADO



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RECUERDOS DE CASTILLA

Con sus poemas ennobleció Castilla
Ensalzó sus campos con su presencia
Cantando su donaire y su prestancia,
la mujer manchega, noble y sencilla.

Cuántos recuerdos de Soria apostilla.
Época imborrable de una vivencia.
De un amor eterno, dura experiencia,
y ese dolor del tránsito que humilla.

Caminó pensativo y cabizbajo
observando los campos de su tierra
Ese río buscando el mar abajo.

Con el sueño del reencuentro, se aferra
la esperanza con su último trabajo.
Reunirse con ella, al dejar la tierra.

Kety Morales Argudo

Aportación al club de lectura de Pedro Ojeda  "La Acequia". Lectura, "Campos de Castilla", de Antonio Machado

LA TARDE - POEMA DE UN DÍA CON ANTONIO MACHADO

EL MAESTRO

RECORDANDO A ANTONIO MACHADO



Palacio de Dueñas -Sevilla- donde nació Antonio Machado (1875- 1939)
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Buena fuente para beber poesía,
y seguir transitando sin mirar atrás
pero si recordando…, Soria, Castilla, Sevilla.
El patio, la fuente, el limonero.
La infancia, la juventud perdida.

Ortega y Gasset, Giner de los Ríos,
Juan Ramón Jiménez, Azorín,
Miguel de Unamuno.
Ramón del Valle Inclan, Rubén Darío…
A todos admiró, certificando en sus libros

-¡Lo que  daría yo, por tener de ellos,
un mínimo de estilo, de su sabiduría!-

De todos ellos, bebió poesía.
Transformándola en aromas de azahares.
De sabor, a mar salina.
De lunas plateadas, de oro convertido en bronce.
de sueños, de Soledades.

De una saeta que clama;

“¿Quien me presta una escalera
para subir al madero
para quitarle los clavos
a Jesús de Nazareno?”...

Ese “olmo seco partido por un rayo,
a la ribera del Duero”.
Momentos de nostalgia y fantasía.
Vividos, junto a Leonor,
el gran amor de su vida.

-“¿No ves Leonor, los álamos del río,
con sus ramajes yertos?
Mira el Moncayo azul y blanco; dame tu
mano y paseemos.
Por estos campos de la tierra mía
bordados de olivares polvorientos,
voy caminando solo,
Triste, cansado, pensativo y viejo”.

De una España sombría que dejó.
Tal vez, sin él quererlo.

Enterrado en Francia, lejos de su Sevilla,
de su patio, de el limonero,
de la fuente que le dio la vida..
¡La tierra no es de nadie!
Es de todos, donde yacemos.

“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar”.
Con esperanza, con expectativa.
Con los pies firmes y la mente clara,
Y aunque entre piedras caminas,
caminante, no dejes de caminar.

Kety Morales Argudo
6/3/13

Pequeña aportación para el club de lectura de Pedro Ojeda "La acequia".
Quiero aclarar, que no tengo aún, Campos de Castilla, pero si, "Antología poética" de Antonio Machado