Foto: Juanbienve Argumanez Arinero |
La lluvia ha barrido las
calles
dejando diminutos espejos.
El cielo ennegrecido por
la entrada de la noche,
contrasta con la torre
iluminada,
qué, con gran esbeltez,
guía cómo faro a los
marineros.
Las farolas coquetas a sus
pies,
se miran en el espejo del
agua.
Mientras, el silencio por
las calles
del pueblo, deambula a sus
anchas.
Kety Morales Argudo
13 comentarios:
Precioso, Kety.
Un abrazo.
Hermosa forma de retratar ese momento mágico de andar por el silencio en la ciudad. Besos.
Un poema muy lindo. Besos.
¡un plácido deambular! Precioso, Kety, hasta aquí me ha llegado el aroma de esa lluvia refrescante sobre el pueblo...
Besos
¡un plácido deambular! Precioso, Kety, hasta aquí me ha llegado el aroma de esa lluvia refrescante sobre el pueblo...
Besos
Era de noche y paseaba contigo por las calles de un pueblo manchego. Al llegar a esta iglesia, se nos acercó una muchacha que decía ser Dulcinea, Nos hablaba de su caballero andante. ¿Cómo que yo no existo? Era su cantinela.
Desperté con un libro en la mano.
Qué buen despertar.
Puede que algún día se cumpla ese sueño.
Besos
Viniendo de ti, que eres una gran escritora, me alegra aún más.
Besos, Isabel
Pedro, no hay otra forma cuando se siente de verdad.
Besos
Teresa, me alegra verte por aquí.
Besos
Myriam, si te ha llegado el aroma, eso es, que te he transmitido el mensaje.
Besos,, amiga.
Nilda, bienvenida a este rincón.
Un abrazo
Cautivadora descripción pues ha llevado mi corazón a un remanso de paz. Precisa emoción y la nostalgia encuentra su nido en el arco iluminado. Un abrazo. Franziska
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