Recuerdo esa etapa mágica.
El universo éramos tú y yo.
Tú, buscabas cariño
Yo, te ofrecía mis remos.
Tú, cobijado en mi regazo,vivías tu universo
Yo, embelesada, escuchaba tus latidos,
nos sentíamos en silencio.
Tú, aferrado a mis manos
aprendiste a caminar,
Yo, te observaba sin tú saberlo.
Tú, corazón de cristal
lo veías todo claro.
Yo, te advertí de peligros,
Tú, con tu inocencia pura, sonreíste.
Yo, con una mueca dibujada en mis labios, sonreí…
Tú, me miraste serio.
Nuestros corazones latían al unísono
un cariño recíproco, nos unía a los dos
Tú y yo…, el mundo era nuestro universo.
Kety Morales
Libro: "Poemas del silencio"
9 comentarios:
Es un poema entrañable, muy sincero. Quizá, por eso, me ha gustado especialmente. Con sencillez, expones una honda verdad, un sentimiento hermoso.
Voy a visitar el libro. ¡Enhorabuena por él!
Besos.
Que maravillosa sensación, ser madre.
Todo un universo cabe ahí. Y dos y tres.
Besos, Kety, madre y abuela.
De ese mundo solemos salir hacia el infierno... por eso lo añoramos más. Qué íntimo este poema.
Isabel, trato de cambiar, pero no hay manera, los sentimientos brotan así, y así los transmito. (Con sus correcciones, por supuesto)
Enhorabuena a ti, por tu exitosa trayectoria.
Besos
Mª Jesús, maravillosa y a veces complicada. Un abrazo
Mª Ángeles, El amor de madre es infinito, continuando con el de abuela ;-))
Besos
Pedro, cuánta razón tienes.
Un abrazo
La eterna realción de madre e hijo, la "enfermedad" que las madres nunca se curarán.
Besos.
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