De dulce viene tu nombre
dulzura no te faltó
encandilaste a Cervantes
y al Quijote te llevó.
Si Dulcinea no es,
ni ha sido ni existido,
alguna moza vió él
para llevarla a su libro.
A su libro la llevó
con ese bonito nombre
y Dulcinea sería
la amada de don Quijote.
Si Cervantes renaciera
y volviese al Toboso
con asombro él vería
que sigue igual de hermoso.
Kety Morales Argudo
Copyright1997
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